Según informes de Bryan Alvarez en Wrestling Observer Live, fuentes dentro de WWE han confirmado la existencia de una estrategia para «ir tras» All Elite Wrestling de manera constante. El objetivo principal de esta táctica sería limitar la capacidad de AEW para asegurar un nuevo y favorable acuerdo de derechos de transmisión, buscando así frenar su crecimiento en el mercado.
Esta ofensiva de WWE ya parece estar mostrando resultados concretos. AEW ha modificado la hora de inicio de su evento All Out, programado para el 20 de septiembre, para no coincidir con el premium live event de WWE, Wrestlepalooza, que se celebrará el mismo día.
Para el veterano Al Snow, esta decisión es una admisión tácita de la realidad competitiva. Durante una aparición en el podcast de Vince Russo, calificó la medida como «el movimiento más inteligente que pueden hacer» dadas las circunstancias, pero también como un reconocimiento de que, «al final del día, no van a vencer a WWE en un enfrentamiento directo». Snow atribuyó la superioridad de WWE no solo a sus inmensos recursos financieros, sino también a su vasta experiencia y conexiones en la industria del entretenimiento, acumuladas a lo largo de cuatro generaciones.
La confrontación del 20 de septiembre es particularmente significativa, ya que representa un momento clave para ambas empresas en su expansión mediática. All Out, desde Toronto, será el primer pay-per-view de AEW transmitido en HBO Max. Por su parte, Wrestlepalooza, desde Indianápolis, marcará el debut de un premium live event de WWE en la cadena ESPN, con un combate estelar entre John Cena y Brock Lesnar.
Bryan Alvarez sugiere que esta estrategia de contraprogramación por parte de WWE se intensificará en el futuro.
Llegará el día en que WWE haga la contraprogramación, AEW mueva un show, y entonces WWE mueva su show también. Va a suceder en algún momento. Van a molestar al tipo porque ahora saben que va a parpadear, que va a mover su show.
