Aunque su salida de WWE en 2012 fue producto del agotamiento y la frustración, Kelly Kelly ha revelado que la manera en que se gestionó su partida fue fundamental para mantener una buena relación con la empresa. La excampeona detalló que su decisión fue comunicada a Triple H durante una llamada telefónica en un día libre, en una conversación que describió como respetuosa y en la que se le aseguró que las puertas siempre estarían abiertas para ella.
Esa necesidad de una salida en buenos términos surgió de un severo desgaste físico y mental. Durante casi siete años, Kelly Kelly mantuvo un calendario de aproximadamente 300 días de trabajo anuales, sin descansos prolongados. Según sus propias palabras, fue al tener un tiempo libre cuando se dio cuenta del nivel de agotamiento que sufría.
Estaba agotada. Estaba cansada. Sentí que estaba con pavor de tener que volver para la carretera todo fin de semana.
Además del desgaste físico que hizo necesaria esa conversación con la directiva, la luchadora enfrentaba limitaciones creativas que mermaron su pasión. Un ejemplo claro fue la negativa de WWE a una propuesta para lanzar un calendario bajo su nombre real, Barbie Blank, debido a las restricciones de la era PG. Kelly Kelly reconoció que este descontento comenzó a notarse en sus actuaciones, afirmando que cuando el corazón de un luchador ya no está en ello, se refleja en el ring.
El entendimiento por parte de la empresa sobre su situación también abarcaba su deseo de enfocarse en su vida personal. La excampeona quería dedicar tiempo a una relación y construir una vida fuera de la constante rutina de viajes, por lo que recibió con agrado la oportunidad de alejarse del exigente cronograma de WWE.
Esa puerta abierta que le prometió la directiva se ha materializado en varias ocasiones a lo largo de los años, consolidando su estatus bajo un contrato de Leyendas. Su relación cordial con la compañía le permitió participar en el primer Royal Rumble femenino en 2018, convertirse en la primera mujer en ganar el Campeonato 24/7 en 2019 y competir nuevamente en el Royal Rumble de 2022, su última lucha hasta la fecha.
Su actual relación con WWE, aunque positiva, se gestiona en función de su vida personal. Recientemente, aclaró su ausencia en el evento Evolution II, celebrado en julio de 2025. Explicó que la invitación para asistir como espectadora llegó a último momento, y conflictos con compromisos familiares le impidieron viajar desde Los Ángeles a Atlanta para el show.
