
Si alguien tenía dudas sobre las intenciones de Brock Lesnar tras su impactante reunión con Paul Heyman, el propio Heyman se encargó de disiparlas. Lo hizo en la rueda de prensa posterior a WWE Wrestlepalooza, donde definió la misión de su cliente con una de sus frases más recordadas y aterradoras.
Heyman trajo de vuelta las mismas palabras que usó la noche después de que Lesnar rompiera la racha invicta de The Undertaker en WrestleMania.
«Voy a decirles algo sobre Brock», sentenció. «Lo dije la noche después de que conquistara la racha invicta de The Undertaker: Brock Lesnar no está aquí para poner sonrisas en las caras de la gente. Brock Lesnar está aquí para poner lágrimas en los ojos de los niños».
Esta declaración fue el broche de oro a una noche que marcó el regreso de la temida alianza. Heyman apareció por sorpresa en la esquina de Lesnar por primera vez desde antes de su histórica etapa con Roman Reigns, haciendo una promo de presentación en la que llamó a su antiguo cliente «el último gran ‘badass’ de verdad».
En el ring, la destrucción fue total. Lesnar aniquiló a John Cena en menos de diez minutos, aplicándole cinco F5s para asegurar la victoria.
Pero la violencia no terminó con la campana. Lesnar atacó a Cena con otro finisher y, de paso, también derribó al árbitro.