La verdadera razón detrás de la salida de Jazmyn Nyx de WWE ya no es un misterio: fue una cuestión de dinero. La luchadora decidió no renovar su contrato después de que la empresa le ofreciera un nuevo acuerdo por 75.000 dólares anuales, exactamente el mismo salario que ya estaba recibiendo.
El problema no es que WWE no la quisiera. Al contrario. Según informes de Fightful Select, la compañía tenía interés en retenerla con un contrato de varios años. La cuestión es que la propuesta no incluía ninguna mejora salarial, y no está claro si contemplaba aumentos progresivos en el futuro.
Aunque 75.000 dólares puede sonar como una cifra importante, la realidad para un talento en desarrollo es muy distinta. Fuentes cercanas a la situación explican que, una vez que se descuentan los impuestos y los gastos que corren por cuenta del luchador —como equipo, viajes y entrenamiento—, el dinero que realmente queda es mucho menor.
De hecho, un talento habría estimado que el total neto podría rondar los 60.000 dólares anuales, o incluso menos.
La confirmación de esta situación vino de la propia Jazmyn Nyx. En una respuesta a un fan en Instagram, que aseguraba que los salarios en NXT oscilaban entre 80.000 y 150.000 dólares, la luchadora fue directa.
“¡Si estuviera ganando eso, habría sido genial!”, escribió.
Su respuesta puso fin a las especulaciones, dejando claro que su salario no se acercaba a esas cifras y que la negativa de WWE a ofrecer un aumento fue el factor decisivo para su marcha.
Lo cierto es que, si bien existen algunos talentos en NXT con contratos de seis cifras —y en casos raros, incluso por encima del salario base de 350.000 dólares del roster principal—, esta no es la norma. Los acuerdos de desarrollo y de entrada suelen partir de cifras mucho más modestas.