El final de la carrera de Seth Rollins podría estar más cerca de lo que muchos piensan. El propio luchador, uno de los pilares de WWE durante la última década, ha empezado a hablar abiertamente sobre colgar las botas y lo hizo durante una aparición en el programa Nightcap, donde vinculó su futuro al final de su contrato actual con la empresa.
Pero la cuestión principal no es solo el desgaste físico o la edad. Para Rollins, que está a punto de cumplir 40 años, el factor más importante tiene nombre propio: su hija. El deseo de estar presente en su crecimiento se ha convertido en una prioridad que podría acelerar su decisión de alejarse de los rings.
«Tengo algunos años más en mi contrato con WWE, pero mi hija tiene cuatro años y medio», explicó Rollins. «No me importaría pasar más tiempo con ella dentro de unos años, así que ya veremos qué pasa».
Esta reflexión sobre el retiro llega tras una carrera de enorme exigencia física. Con 22 años en el negocio desde su debut en 2003, Rollins admitió que el cuerpo siente el peso de haber superado las 2.000 luchas.
Aun así, reconoció que la lucha libre tiene una particularidad que permite alargar las carreras. «Lo bueno de nuestra industria es que es entretenimiento, así que puedes hacerlo un poco más de tiempo de lo que tu cuerpo normalmente permitiría», comentó. Según él, la experiencia y la conexión con el público son claves. «Cuanto más viejo te haces, más inteligente eres y más crédito tienes con la audiencia, lo que te compra un tiempo extra».
A pesar de ello, Rollins tiene claro que no se ve compitiendo hasta los 50 años.
También señaló que su generación cuenta con una ventaja importante para combatir el desgaste. «Afortunadamente, creo que nuestra generación tiene mucha más información disponible sobre prevención, rehabilitación, recuperación y lo que se necesita para mantenernos en forma atléticamente. Así que tenemos una ventaja ahí».
