
La confusión se apoderó de los vestuarios durante la emisión de Monday Night RAW del 8 de septiembre. Según reportes del periodista Sean Ross Sapp de Fightful, la situación en torno a Stephanie Vaquer era tan incierta que incluso otros luchadores del elenco principal estaban contactándolo para preguntar qué estaba sucediendo. La falta de información interna generó un clima de desconcierto sobre el estatus de una de las luchas más importantes de cara al próximo evento premium de la empresa.
Este ambiente de duda fue la consecuencia directa de una decisión de último momento: la cancelación de la firma de contrato programada entre Vaquer y la Campeona Mundial Femenina, IYO SKY. El segmento, que debía oficializar su enfrentamiento, fue retirado del programa sin ninguna explicación pública, y la retadora chilena no apareció en el show como estaba previsto, intensificando las preguntas sobre el futuro del combate.
A pesar del caos visible y la falta de comunicación, fuentes dentro de WWE han asegurado a Sapp que los planes para el combate no han cambiado. La postura oficial de la compañía es que Stephanie Vaquer «estará en el show para la lucha en Wrestlepalooza» el próximo 20 de septiembre. Esta afirmación contrasta directamente con la incertidumbre que se vivió tras bastidores y la ausencia de la luchadora en la programación televisiva.
No obstante, la situación sigue siendo poco clara. El propio Sapp ha sugerido que «probablemente hay más cosas sucediendo de lo que parece», alimentando la idea de que la historia completa aún no ha salido a la luz. Esta controversia surge en un momento delicado, ya que WWE está posicionando Wrestlepalooza como un evento de gran magnitud. En palabras del periodista Dave Meltzer, la empresa quiere que el show sea un punto culminante, dejando claro que «este no es un pay-per-view normal de cada mes», lo que añade más presión a la resolución de este conflicto.