
The Undertaker ha respondido con dureza a las acusaciones sobre un supuesto abuso de poder durante su carrera en WWE. La leyenda del wrestling negó rotundamente los rumores de que usaba su influencia en backstage para beneficio personal, enviando un mensaje contundente a sus críticos.
La respuesta llegó durante el último episodio de su podcast, Six Feet Under, donde, junto a su esposa Michelle McCool, aseguró que jamás utilizaría su estatus de esa forma. Para él, su reputación y el respeto de sus compañeros en el vestuario son tan importantes como su exitosa carrera.
«Estoy casi seguro de que, si le preguntas al 99,5% de los chicos con los que estuve en un vestuario o trabajé, te dirán que, por más influencia que supuestamente tuviera, o la que tuviera, nunca, jamás la usaría para esa clase de porquería», afirmó.
La cuestión es que estos rumores ganaron fuerza a raíz de un incidente específico: la sustitución de la excampeona Mickie James por Michelle McCool en el reality show Legends & Future Greats (LFG).
The Undertaker finalizó dejando claro que solo le importa la opinión de su círculo más cercano y de los luchadores con los que compartió vestuario, ya que ellos conocen la verdad.
«Mi círculo íntimo y los chicos con los que compartí vestuario, ellos saben la verdad. Y mientras ellos sepan la verdad… cualquiera que no lo crea puede ponerse en fila, haré una reverencia y podrán besarme el c*lo. Así de simple», sentenció.