
Desde la cúpula directiva de TKO, se ha confirmado la intención de posicionar a Wrestlepalooza como uno de los eventos principales en el calendario de WWE. Mark Shapiro, Jefe de Operaciones de TKO, reveló durante una conferencia este miércoles que la ambición de la compañía es elevar el nuevo espectáculo al mismo estatus que poseen actualmente WrestleMania y SummerSlam. Según Shapiro, si el proyecto se ejecuta de la manera correcta, tiene el potencial de convertirse en una «mina de oro de marketing» para la empresa.
Para alcanzar este objetivo, la responsabilidad creativa del proyecto recae directamente en Paul «Triple H» Levesque. Shapiro destacó el compromiso de Levesque, afirmando que está trabajando «día y noche» para dar forma al show y alinearlo con la visión de la compañía. El objetivo final, según palabras del ejecutivo, es que Wrestlepalooza se transforme en «otra WrestleMania u otro SummerSlam» en términos de magnitud y relevancia.
Una de las claves de esta estrategia es definir el lugar del evento dentro de la programación anual. Shapiro indicó que Wrestlepalooza podría situarse en el mismo «cuadrante» que el Royal Rumble. Esta posición lo establecería firmemente en el grupo de los shows más importantes de WWE, consolidando un nuevo pilar en la oferta de eventos premium de la empresa, justo por debajo de los dos más grandes del año.
A pesar de la gran ambición detrás del proyecto, su continuidad como un evento anual no está garantizada. El ejecutivo de TKO fue claro al afirmar que todo el plan depende de la recepción que tenga por parte del público en su primera edición. «Con suerte, el Wrestlepalooza será un éxito y podremos traerlo de vuelta anualmente», afirmó Shapiro, subrayando que el futuro del espectáculo está directamente ligado a su rendimiento inicial y a la respuesta de los aficionados.